La Barrica de la Oca

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viernes, 4 de abril de 2008

Distintas leyendas de Salamanca capital

LA CALLE TENTENECIO: Dice una leyenda popular que la calle Tentenecio le debe el nombre a que una vez que San Juan de Sahagún caminaba por ella, se le acercó a la embestida un toro enorme que corría enloquecidamente. Sahagún le gritó "¡Tente, necio!" y el toro, asombrosamente, se paró mansamente. A esta leyenda debe el nombre la calle.

COLEGIOS UNIVERSITARIOS: Durante mucho tiempo, los estudiantes de la universidad se albergaron en colegios que estaban repartidos por todo el barrio antiguo. Cada uno de ellos se distinguía de los demás por su uniforme, cuyos colores recordaban a determinados pájaros. Por ello, en la ciudad se decía que los colegios eran como nidos que se cobijaban en la copa del árbol universitario y a él venían a anidar golondrinos (los colegiales dominicos), pardales (franciscanos), cigüeños (mercedarios), grullas (bernardos), tordos (jerónimos), palomos (mostenses), verderones (los de San Pelayo)...

LA RANA DE LA UNIVERSIDAD: La rana que aparece sobre una de las calaveras que decoran la fachada del edificio original de la Universidad de Salamanca también tiene su historia. Al parecer, el estudiante que no la logra ver suspende el curso.

LA CASA DE LAS MUERTES: La Casa de las Muertes se llama así por las calaveras (en Salamanca se llama a las calaveras, muertes) que adornan su fachada. En una ocasión en que se reformó el edificio, las calaveras se redondearon y se convirtieron en bolas, pero permaneció tan tétrica denominación y ello fue motivo suficiente para que la imaginación popular inventara una leyenda que corrió durante muchos años. Según ella, el nombre le venía de que en la casa fue encontrada muerta una mujer sin que nadie se explicara cómo había ocurrido la desgracia. La maldición pesaba sobre la casa y todo aquel que viviera en ella moriría. Esto dio lugar a que permaneciera vacía mucho tiempo y a que la gente al pasar ante ella bajara misteriosamente la voz. Actualmente las esferas se han vuelto a esculpir como calaveras (mucho más pequeñas que las originales).

EL MARIQUELO: El Mariquelo es un personaje típico de Salamanca que cada año en víspera de la festividad de Todos los Santos sube al campanario de la catedral nueva para conmemorar el hecho de que el terremoto de Lisboa de 1755 apenas afectó a la estructura de este edificio. Desde entonces, un varón de la familia de los Mariquelos ha cumplido con la tradición hasta 1976, cuando esta costumbre murió. En 1985, Ángel Rufino de Haro decidió reanudar la tradición y cada año, ataviado con el traje típico charro, sube hasta el punto más alto de la torre de la catedral para tocar una charrada con el tamboril y la gaita.

VÍTORES: Este símbolo puede verse en algunos palacios y edificios como el Palacio de Anaya y se trata de un reconocimiento a los estudiantes que conseguían doctorarse. El tono rojizo inconfundible se debe a la mezcla de sangre de toro, almagre, barniz o resina que se utilizaba para pintarlos.

PÚLPITO DE FRAY LUIS DE LEÓN: Mítica es la frase que pronunció al iniciar una de sus clases al comenzar “deciamos ayer” . Este hecho no tendría mayor trascendencia sino fuera porque pasaron cinco años desde que tuvo que abandonar sus enseñanzas de teología al permanecer todo este tiempo en la cárcel.
LA CUEVA DE SALAMANCA: Este lugar próximo a la Catedral cuenta la leyenda que era donde el diablo instruía a algunos estudiantes y enseñaba magia, alquimia y otras prácticas en aquellos años prohibidas. De todos sus discípulos, destacó Enrique de Villena, quien llegó a desafiar al mismo Satanás gracias a sus enseñanzas.

ASTRONAUTA (CATEDRAL NUEVA): Los antiguos canteros y constructores de catedrales utilizaban un curioso método para firmar sus obras y empleaban un elemento de su tiempo casi siempre camufladas bajo figuras. La que representa al astronauta es la más famosa y reciente, pero hay más igual de curiosas y sorprendentes.

SALAMANCA COMUNERA: Francisco de Maldonado nace en Salamanca en 1480. Siendo capitán de las tropas de Salamanca, se une al movimiento comunero y acude a Torrelobatón en ayuda de las fuerzas de Padilla y Juan Bravo. Ataca Tordesillas, pero esta ciudad recibe refuerzos de las tropas realistas. Entonces sus fuerzas se acantonan en la Fortaleza de Toro, desde donde acude a Torrelobatón, para ser vencido poco después en Villalar. Su decapitación, junto con sus compañeros, significará el principio del fin de la Guerra de las Comunidades de Castilla. El día de la derrota de Villalar fue un 23 de abril de 1521 y ahora cada 23 de abril se celebra el día de Castilla y León.

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